Corredores de Propiedades: ¿Conviene Bajar las Comisiones de Transacic

Corredores de Propiedades: ¿Conviene Bajar las Comisiones de Transacciones Inmobiliarias?

Si bien existen convenciones respecto de los porcentajes a pagar al corredor por un negocio, éstas no son inamovibles. Se pueden acordar. Sin embargo, los expertos recomiendan no castigarlas demasiado y exigir un buen servicio.  

Felipe Alamos

Según explica Agustín Manterola, presidente de Acop, en Chile los corredores de propiedades formalmente establecidos acuerdan libremente con sus clientes la comisión que les corresponde por sus servicios profesionales. No existe una tarificación oficial.

Sin embargo, dice el dirigente gremial, existen convenciones en nuestro país. Indica que, en el caso de las compraventas de propiedades, generalmente las comisiones se desglosan de la siguiente manera: 2% de comisión asociado a la venta de la propiedad y un 2% asociado a la compra de ésta, más el IVA correspondiente. «Aunque hay algunas oficinas que han optado libremente por cobrar un porcentaje mayor, como las que se dedican, por ejemplo, a atender ciertos nichos muy exclusivos».

Por lo tanto, explica Víctor Danús, director regional de RE/MAX Chile, que en el corretaje tradicional, «si el corredor tiene amarradas ambas partes, por su gestión obtiene un 4% y le entrega un porcentaje a la oficina a la que pertenece. Este corredor es empleado de la oficina y en algunas circunstancias tiene un sueldo base o renta garantizada». Pero aclara que «en otros países paga solamente el vendedor y la comisión fluctúa entre el 5 y 7% de la venta».

¿Qué pasa con otras operaciones inmobiliarias? Según explican los expertos, en el caso de los arriendos, es usual que el arrendador pague el 50% de un arriendo mensual, y el arrendatario, 50% de un arriendo mensual, y en la administración del arriendo, fluctúa entre el 6 y el 10% mensual sobre el valor del arriendo, más IVA.

Por Escrito

Recomiendan los expertos que las comisiones no queden libradas a los acuerdos de palabra sino que se firme un contrato en el cual se estipulen claramente las condiciones. Y en el caso de que existan diferencias entre las partes, es usual que en el mandato se establezca una cláusula arbitral, en virtud de la cual se somete la disputa a la decisión de un árbitro arbitrador.

Acuerdos Posibles

Pero ¿conviene acordar en el caso de la compraventa, comisiones más bajas que las usuales o, por ejemplo, que la pague sólo una de las partes?

Es posible hacerlo, señalan los expertos. Sobre todo en el caso de operaciones muy grandes, en donde se pueden negociar comisiones menores.

Pero en general no es recomendable, aseguran. «Estimo que, por ejemplo, el hecho de que las dos partes paguen involucradas comisión permite una mayor ecuanimidad en la transacción, que exista cierta imparcialidad», opina Agustín Manterola.

Por su parte, el corredor independiente Cristián Silva, gerente de Fermont Propiedades, señala que el pago de una comisión más baja de lo habitual -o simplemente no pagarla- ‘corta las manos’ del profesional para poder efectuar una buena gestión de venta. Incluso muchas veces, dice, hay clientes – compradores o vendedores que se niegan desde un principio al pago de la comisión.

Indica Cristián Silva que ello implica ingresar el inmueble a una cartera de propiedades en la que la venta depende de la suerte. «Además, este hecho impide dedicarle tiempo, esfuerzo y trabajo a la propiedad, porque la comisión que él deja de pagar minimiza el esfuerzo a realizar en marketing. El corredor toma esa propiedad, en definitiva, porque por último entre la cantidad de clientes que llegan buscando otras propiedades similares esta vivienda les puede servir».

En ese sentido, indica Carlos Carrasco Palma, Presidente Nacional de Coproch, lo que debiera existir detrás de una comisión es todo lo que concierne a la gestión inmobiliaria. «Esto consiste en orientar al vendedor con un justo precio, publicar en medios y hacer todos los trámites pertinentes. Y al comprador, mostrar diversas propiedades y una vez que se dé en su gusto y precio, el corredor de propiedades hace de intermediario tomando a su cargo aspectos como tener la documentación pertinente para así poder hacer los trámites que demanda la operación, culminando con la entrega material de la propiedad al vendedor y el pago al comprador, entre otros aspectos».

IMPORTANTE.- El pago de comisiones otorga al cliente la posibilidad de exigir más.

Foto: Alfonso Palacios

Arduo Trabajo

Coincide Agustín Manterola, quien señala que el trabajo del corredor va mucho más allá que conseguir un posible comprador, vendedor o arrendatario. «Ése a veces es sólo el comienzo del camino, pues se deben realizar una serie de acciones y trámites de gran responsabilidad. Por ejemplo, en el caso de una operación que involucra un crédito hipotecario, desde que se llega a acuerdo, el proceso puede demorar tres a cuatro meses más hasta que la contraparte cuente con la respectiva escritura».

Por ello, indica Víctor Danús que cobrar comisiones muy bajas es sinónimo muchas veces de que el corredor ofrece un servicio de escaso valor agregado.

Añade Agustín Manterola que el cobro de comisiones muy bajas -o simplemente no cobrarlas- nace porque el mercado está muy desregulado, lo cual generaría que muchos corredores -principalmente aquellos informales- basen su estrategia competitiva en la variable precios y no en un buen servicio.

Fuente:

elmercurio.com

Volver