Santiago se Come su Cordillera: Se Multiplican los Condominios en las

Santiago se Come su Cordillera: Se Multiplican los Condominios en las Altura

Mientras este tipo de viviendas inunda los faldeos de la montaña en el sector oriente, se acrecientan los problemas de conectividad, congestión y conflictos ambientales. En Lo Barnechea el municipio debió ensanchar Avenida La Dehesa y en La Florida congelaron los permisos de edificación mientras se estudian cambios al Plano Regulador Comunal. En la última década sólo en La Florida y Peñalolén se han construido más de 6.000 casas.

En Lo Barnechea hoy viven 106.000 personas y con las 1.100 hectáreas que aún tenemos disponibles en la comuna para construir viviendas, podemos llegar a 150.000. La Reina y Vitacura ya no tienen terrenos precordilleranos y en Las Condes quedan sólo 80 hectáreas en la zona para construir”.

Las cifras entregadas por el alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, revelan el auge que -con distintos ritmos- está experimentando la zona precordillerana santiaguina, que en la última década ha pasado de ser un paisaje natural a estar plagado de flamantes condominios y urbanización.

“Es natural que la gente ABC1, que busca tranquilidad y estar cerca de la naturaleza, se venga para acá. Y pese a que el crecimiento ha sido explosivo en esta área, lo más probable es que continúe así”, advierte el alcalde.

Pero el proceso de cómo la ciudad “se come la cordillera” no está confinado al barrio alto de la Región Metropolitana.

En Peñalolén los últimos 10 años se han construido 3.000 viviendas en el espacio entre el canal Las Perdices y la cota 900, dejando sólo 360 hectáreas disponibles para construcción en esa zona, terreno que representa el 6,5% del total de superficie de la comuna.

En La Florida en igual período se han levantado 3.040 casas entre la avenida Tobalaba y la cota 1.000, quedando 1.242 hectáreas “construibles” (17% del espacio total de la comuna).

Y aunque no hay consenso entre los expertos urbanistas de cuántas son las hectáreas disponibles para construcción en todo Santiago (van desde las 3.000 a las 20.000), lo que sí está claro es que la zona precordillerana cada vez está más invadida por urbanización. De hecho, quedan menos de 3.000 hectáreas allí para contener el boom inmobiliario que se vive en ese lugar.

Invasión de Condominios de Lujo

Pero este desarrollo -que los expertos atribuyen al afán de la gente de instalarse en sectores que consideran más exclusivos- también ha provocado claros efectos nocivos, como la alta congestión vial o la amenaza a los ecosistemas que se habían mantenido intactos durante años.. Ello, sin contar que la propia población se expone a los efectos naturales que pueda tener instalarse en esa zona con el riesgo de aludes y que gran parte del pie de monte es atravesado por la falla de San Ramón.

El subdirector del Posgrado de Arquitectura de la Universidad de Chile, Jorge Insunza , explica que si bien la idea de hacer casas en las laderas de los cerros no es nueva, “lo característico ahora es que se trate de condominios, que sean varias residencias unifamiliares en un recinto cerrado o de edificios de departamentos. Es una búsqueda de homogeneidad socioeconómica”.

A ello, el profesor del Instituto de Estudios Urbanos de la U. Católica, Luis Fuentes, agrega que la tendencia es que se instalen propiedades prácticamente de lujo. No son pocos los proyectos inmobiliarios que superan las UF 6.000.

Y aunque la expansión hacia el sector oriente precordillerano puede ser -a juicio del director de la Escuela de Arquitectura de la U. Diego Portales, Ricardo Abuauad – el reflejo de un mayor poder adquisitivo de la población, dice que ese proceso debería decrecer en los próximos años ya que los problemas de conectividad y transporte, asociados al daño medioambiental en el entrono desincentivan radicarse allí.

Una de las señales de aquello, cuanta, es que “el Censo 2012 muestra que las comunas que más crecieron fueron las del centro de Santiago, por lo que hay una revalorización de la ciudad compacta”.

Peñalolén: Sin una Ruta Sur-Norte

“Hay un tema con el transporte, porque cada vez va a ser más complejo entrar y salir de estos sitios. El transporte público tiene un problema con el Transantiago y eso llevó a muchos de esos residentes a subirse al auto y en muchos de estos lugares las vías de transporte no son adecuadas”, indica Abuauad.

Por ejemplo, Peñalolén. La encargada de urbanismo de esa municipalidad, Gabriela Soto , reconoce que en la comuna son frecuentes los embotellamientos y problemas de tráfico. “Cuando quisimos cambiar el plano regulador comunal (que es de 1989) propusimos una faja para ampliar la calle Las Perdices, para que fuera una vía de salida hacia La Reina y Las Condes, pero fue rechazado. Hoy nuestras vías mayores son Tobalaba y Vespucio Sur”, dice.

El tema es que ambas arterias en las horas punta -tanto en la mañana como en la tarde- registran una fuerte congestión vehicular porque no hay una alternativa de ruta sur-norte.

La seremi de Vivienda, Marisol Rojas , explica que cuando se construye un condominio “a la constructora se le pide como condición ampliar calles o avenidas para evitar futuros problemas de congestión”, pero admite que hacer grandes vías conectoras en el área oriente no está en la lista de prioridades de ese ministerio: “Primero están las necesidades de sectores como Quilicura o Maipú”.

Sólo el 2014 está proyectado el desarrollo de la conexión Tobalaba – Sánchez Fontecilla (que unirá Peñalolén y La Florida).

Y como no hay grandes proyectos, son los municipios los que han debido ir “ajustando” las calles al nuevo flujo vehicular.

En Lo Barnechea, el alcalde dice que debieron ampliar avenida La Dehesa a tres pistas por lado, “y para el futuro está la construcción de un puente por la extensión de la Costanera Norte… Es que en Lo Barnechea, en promedio, hay más de un vehículo por hogar”.

Ecosistemas en la Mira: Permisos Suspendidos

El académico Luis Fuentes advierte: “Es paradójico, porque al buscar estar más cerca de la naturaleza, de alguna manera también la están destruyendo”.

Por lo mismo en el municipio de La Florida se resolvió suspender por un año la entrega de permisos de construcción luego de la polémica suscitada tras una petición de levantar un proyecto inmobiliario en el fundo El Panul, considerado un exponente del bosque nativo de la zona central.

“Se han encargado los estudios técnicos para saber si cambiamos el plano regulador comunal (PRC)”, dice la administradora municipal y alcaldesa subrogante, Angélica Céspedes . Y cuenta que actualmente el PRC permite una densidad de 48 habitantes por hectáreas en la zona de pie de monte, “muchísimo menos que los 740 habitantes por hectárea que se consideran en la zona plana de La Florida”.

En Lo Barnechea el alcalde asegura que “sólo podemos ocupar el 4% de la comuna (para edificaciones), el restante 96% corresponde a zonas de conservación. Salvo excepciones, aquí lo máximo de altura que se puede construir es dos pisos con mansarda”.

Y algo semejante ocurre en Las Condes, donde según indica el asesor urbanístico Pablo de La Llera la altura máxima en esa zona es 4 pisos.

Pero no todos los municipios tienen todo tan ordenado. En Peñalolén, por ejemplo, tienen cuatro quebradas que generan varias restricciones para construir viviendas alrededor y la mayor dificultad en la regulación del número de habitantes “es que algunas partes están regidas por el plan regulador metropolitano que permite hasta 180 habitantes por hectárea, mientras que otras por el plan comunal que permite sólo 70. Es un mosaico”, dice la encargada de urbanismo de la municipalidad.

Pero esto no ha desincentivado a las constructoras que ofertan cada vez casas más costosas en la precordillera (pueden costar 30% más que en un área plana). Y frente a la idea de algunas de solicitar subir la cota 1.000 para seguir construyendo casas, la seremi de Vivienda es tajante: “El plano regulador metropolitano no tiene considerado extenderse al oriente”.

Falla de San Ramón: “No es Para Salir Arrancando”

El director del Departamento de Geología de la Universidad de Chile y encargado del estudio sobre la falla de San Ramón -que atraviesa las comunas de Las Condes, La Reina, Peñalolén y Puente Alto-, Gabriel Vargas , admite que “sabemos que la falla está activa, que puede producir movimientos superiores a los 7 grados y que puede levantar el terreno hasta 4 metros, pero aún nos falta tener el trazado completo y estudiarla más allá del Mapocho por el norte y del Maipo por el sur”.

Por lo tanto pone paños fríos a quienes alertan que el boom inmobiliario del sector oriente está sobre una bomba de tiempo. Y cuenta que en Los Angeles (California), existe una falla semejante que atraviesa la ciudad “y está sobre un instituto sismológico, los estudiantes salen a hacer la práctica al patio. Que exista esta falla no es para salir arrancando, lo que sí nosotros hicimos recomendaciones: que el plano regulador contemple una franja de varios cientos de metros de distancia para las construcciones y que se verifique el tipo de construcción porque si bien tenemos la norma según el terremoto de 1985, el tipo de movimiento que generaría esta falla es bastante distinto”.

La misma población se expone a los efectos naturales que puede tener instalarse en esa zona, como

riesgo de aludes y que gran parte del pie de monte es atravesado por la falla de San Ramón.

Fuente:

lasegunda.cl

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